AÑOS HABLANDO MINERÍA ZAMORANA.
EFE. Los yacimientos de la minería de oro romana en el
entorno de Pino del Oro serán reconocidos como Bien de Interés Cultural y
contarán con un recorrido visitable. Así lo confirmó ayer en León el profesor
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas Francisco Javier Sánchez
Palencia, que ha dirigido la investigación en la zona. Sánchez Palencia,
personalidad clave en el estudio de Las Médulas (León) y su proyección como
sitio Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, señaló que el interés de los
yacimientos de Pino está en las peculiaridades técnicas. Se trata de un grupo
de explotaciones, al lado de los Arribes del Duero, en las que se empleó una
técnica particular: «las minas, del año 27 d.C., según la fecha consular, son
en roca y cuentan con unas áreas de cazoletas en las que se machacaba el
mineral para la extracción aurífera.» Se trata de un conjunto de asentamientos
de la época romana, que se extienden por la mayor parte del municipio de Pino
del Oro y algunos puntos de los municipios del entorno.
http://www.laopiniondezamora.es/secciones/noticia.jsp?pRef=2009020300_5_332063__Comarcas-yacimientos-mineria-Pino-recibiran-declaracion-Bien-Interes-Cultural
HERMINIO RAMOS minería Zamora
Hace algunas semanas nuestro diario recogía la noticia de unas compañías
que buscan oro en los alrededores de los vestigios arqueológicos estudiados en
las zonas de ese Sayago roto y cortado por el Duero, donde se levanta el núcleo
más rico de Aliste, desde Cerezal hasta Pino del Oro, un área que removió esa
historia entre mítica y a la vez sueño dorado de unos restos y una toponimia
que sigue guardando los más secretos fondos y quién sabe las sorpresas que
esconde en esa geología que cubren las sombras del abandono y las alfombras de
los despachos.
Es apasionante repasar la historia de la minería en la provincia desde los
tartesos hasta mediados del pasado siglo veinte cuando se cierran las últimas
explotaciones, una larga relación de excavaciones nos han dejado testimonios
llenos de recuerdos, que solo de cuando en cuando se citan en los testimonios
escritos y en los restos que los estudios arqueológicos sacan a la luz.

Y recordando ese lejano mundo seguimos en Aliste y más concretamente en
Palazuelo de las Cuevas. Allí están los restos, en lo alto del cerro, de la
explotación de variscita como piedra semipreciosa, donde, de vez en cuando,
aparecían también turquesas que siguen medio escondidas en esos bretones de los
sierros cuya alma de cuarzo marca al norte del Duero y al sur ejes de sierros
en los que las sorpresas geológicas siguen escondidas.
Cuando recorres las páginas de las «Memorias Geológicas de la Provincia de
Zamora» de Gabriel Puig y Larraz, de los finales del siglo diecinueve, quedas
sorprendido, cuando recorres la provincia, de lo que vas pisando y nada digamos
cuando el recorrido lo haces junto a un enamorado de ese mundo, como tuve la
suerte de hacerlo a lo largo de muchos sábados y algún domingo, acompañando a
don Juan Pantoja Salguero, delegado de Industria en nuestra provincia allá por
la década del sesenta, pisando a gatas las pizarras de Riofrío, incluida alguna
huelga poco corriente en aquel tiempo.

La orla o aureola metamórfica que enmarca y rodea el batolito granítico de
nuestro Sayago, destacándose la zona de contacto de las pizarras y el granito y
un auténtico cristal geológico en ese laberíntico recorrido del Duero del
Porvenir, con gneis porcelánica, sierros en los que el cuarzo cristalizado es
moneda corriente y que nuestros maestros nos explicaban con calor novedoso
junto a otras piedras que llevábamos con sentida emoción, despertó en nosotros
un atractivo que ha dado sus frutos, como siempre, tiempo andando.
Hoy Tamame está marcando una senda viva, el sueño de la Geología hay que
romperlo alguna vez.